LAS SIETE MARAVILLAS DEL SISTEMA SOLAR: 3.La Gran Mancha Roja de Júpiter


Esta gigantesca mancha en la superficie del planeta más grande de nuestro Sistema Solar, es considerada como la “madre” de todas las tormentas; su tamaño es casi el triple del tamaño de la tierra.
No se sabe exactamente cómo se formó la Gran Mancha Roja de Júpiter, pues lleva ahí desde que se observó por primera vez en el siglo XVII, por el científico inglés Robert Hooke, y ya existía desde antes de que los astrónomos de aquellos tiempos le prestaran atención.
Inicialmente se pensó que la Gran Mancha Roja era la cima de una montaña gigantesca o una meseta que sobresalía por encima de las nubes. Esta idea fue rechazada en el siglo XIX al constatarse por medio de la espectroscopia la composición de hidrógeno y helio de la atmósfera y determinarse que se trataba de un planeta fluido.
La Gran Mancha Roja es en realidad una tormenta antigua que gira con enorme furia desde hace siglos; el gigantesco vórtice se eleva 8 kilómetros sobre las nubes del planeta y empequeñece a todos los sistemas tormentosos de la tierra.
Los vientos de 650 kilómetros por hora medidos en la gran mancha, son más rápidos que los de los tornados más fuertes de la tierra. Sin embargo los tornados terrestres apenas duran unas decenas de minutos o como mucho un par de horas, en cambio la gran mancha roja lleva al menos 400 años demostrando su enorme fuerza.

La mayoría de las tormentas tropicales que se producen en el hemisferio sur de la tierra giran en el sentido de las agujas del reloj a medida que gira nuestro planeta, pero en Júpiter la gran mancha roja sigue una trayectoria no terrestre. Esta gran mancha, que se encuentra en el hemisferio sur de Júpiter, gira en sentido contrario a las agujas del reloj, es anticiclónica, lo cual se debe a que es un sistema de altas presiones, diferente de los sistemas de bajas presiones que en la tierra se asocian a las tormentas. Cuando hay un sistema de altas presiones, el flujo del aire naturalmente es el contrario al flujo de un sistema de bajas presiones.
El origen de esta longeva tormenta ha desconcertado a los astrónomos durante casi 4 siglos, pero ahora la ciencia podría estar a punto de revelar algunos de sus tormentosos secretos.
En las últimas décadas, el telescopio espacial Hubble ha captado imágenes de 3 grandes óvalos blancos presentes también en la superficie de Júpiter, las cuales han sido identificadas como tomentas más pequeñas llamadas Manchas Blancas. Éstas se han unido y fusionado en una sola entre los años 1998 y 2000 dando lugar a un único óvalo blanco, el cual se ha transformado en una tormenta del tamaño de la tierra y a la cual se le ha denominado Óvalo Blanco BA.

En las observaciones posteriores a la fusión de las Manchas Blancas, ha ocurrido algo inesperado… a comienzos del 2006, y en el transcurso de una semana, la tormenta pasó del blanco al rojo vivo, ahora se le conoce como Roja Junior porque su color evolucionó hacia los mismos tonos que la Gran Mancha, es decir, se ha vuelto roja y como ocurrió con la primera, no se tiene la certeza sobre cuál es el motivo.
Se cree que la coloración rojiza de ambas manchas puede producirse cuando los gases de la atmósfera interior del planeta se elevan y sufren la interacción de la radiación solar, ya que poseen componentes químicos que reaccionan con la luz del sol y le dan ese color. Medidas en el infrarrojo sugieren que ambas manchas están elevadas, por encima de las nubes principales. El paso, por tanto, de Óvalo Blanco a Mancha Roja podría ser un síntoma de que la tormenta está ganando fuerza.
Los astrónomos sospechan ahora que una fusión similar podría haber creado la Gran Mancha Roja, y al igual que la Roja Junior la brutal tormenta también podría haber sido originalmente blanca. Pero a medida que fue aumentando su velocidad empezó a arrastrar material desde las profundidades hacia la atmósfera de Júpiter; uno de estos componentes podría ser una forma de azufre.
Los astrónomos han estudiado minuciosamente la Gran Mancha Roja y en la última década han detectado un cambio sorprendente: han comprobado que desde hace algún tiempo la Gran Mancha Roja mengua y se redondea.
No se sabe si aguantará otros 400 años o si desaparecerá del todo... o tal vez seguirá siendo indefinidamente, y por amplia diferencia, la mayor tormenta de nuestro Sistema Solar.